Que, en este nuevo año, Dios sea el timón que guíe nuestra barca y el destino de nuestro obrar y vivir. Así, dará igual, tanto atender ancianos, como aceptar una enfermedad, saber educar a unos hijos en valores, o realizar con responsabilidad y amor, una tarea encomendada.
" Que, cada cual, con el don que ha recibido, se ponga al servicio de los demás"(San Pablo )
Que sepamos ver, oir y obrar en consecuencia. Vivir, para uno mismo, supone egoismo.
Vivir con una mirada hacia los demás, implica despojarnos, muchas veces, de comodidades, de seguridades...pero, a cambio, se te da, un corazón satisfecho y agradecido, que recibe mucho más de lo que da y encuentra más de lo que esperaba.
Amigos y amigas, hagamos ,en este nuevo año, que nuestras acciones reciban la bendición de Dios.
"Todo lo que hagáis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí me lo hacéis"